martes, 20 de septiembre de 2011

Juan Luis Giménez Victorica


Paradecir es un lugar en que se encuentra la poesía con la vida cotidiana. Esas dos posiciones  parecen no tener conexión y sin embargo no pueden una sin la otra…

La vida cotidiana en la urbe, llena de ruidos inconexos, de parloteos crueles y frívolos, llena de huecos… Sin embargo en esa ráfaga de mediocridad anda la poesía, vibrando… haciendo vibrar.

Por ese terreno transita la poesía de Juan Luis Jiménez Victorica, nuestro invitado de esta "entrada". Pocos trazos, pocas palabras y mucho contenido.

Pocas palabras para decir casi todo. Desconectar el dispositivo de ruido masivo, salir de la mirada del gran tirano que siempre nos mira (como en la profecía de Orwell) y sentarse un rato con Juan Luis a vibrar su poesía, no lleva mucho tiempo.

Afectuosamente, Luis C. Aguirre








Juan Luis Giménez Victorica nació en San Miguel, provincia de Buenos Aires, en 1965.

Es profesor de legras recibido en la Universidad de Morón, donde también ejerce la docencia. Ha publicado en distintas revistas literarias ensayos y poemas. Desde 2001 es codirector de la revista La Bota Literaria. En 2006 publicó el libro de poemas Ese velado grito. En 2009, junto a Natividad Acosta publicó Comuniones cotidianas, de donde se han extractado los poemas de esta selección.




II

Bajo los pliegues de su piel
nuevos enigmas danzan
rituales de la lluvia.


III

¿Qué perfume tendrá
tu piel recién dormida?


V
Huele
a lluvia,
a inocencia,
a niño recién llegado.






VI   

Ella transita cada noche,
los surcos de su cuerpo
hechos memoria.


XI

"No he olvidado su voz'' afirma en sueños.
"Es  arrullo, cascada, cantos de cuna."

XII

Otros cielos en sus ojos
cada noche descubrí.



XIII

Volví
en lluvia
a lavar
sus pies cansados.

XIV     

En sus blancos hombros,  
inocencias nuevas.


XV
Abrigo del viento
son sus manos de niña.




XIX

Cuerpo universo,
cuerpo alimento,
cuerpo dador.
Cuerpo
que a cuerpos da vida,
cuerpo de muerte vencida.
Cuerpo ternura, cuerpo vientre,
cuerpo senos, blanca sangre.
Cuerpo total,
cuerpo caricia,
cuerpo madre
de su hijo nacido.






















lunes, 5 de septiembre de 2011

MARCELO MARCOLÍN (1957-2011)





ORACIÓN CON MARCELO

Como hubo un cielo poblado de Raúles
(cric y crac)
ahora se llenará el cielo de Marcelos.
Se vaciarán los micros que llevan
soñadores por los caminos.

América del Sur
se ha quedado vacía de Marcelo,
los poetas locos, los malditos,
los marginados de la luna
se han quedado mirando abajo
con el corazón frío de Marcelos.

Esta tarde de septiembre
viajaremos en un Citroen 3 CV
hacia otros sueños
o hacia el mismo sueño
de libertad y de vientos.

No pudo la tortura ni el exilio
con su poesía
y no podrá la muerte con su voz,
porque seguiremos inundando este mundo
absurdo
de elefantes de Orión
saliendo de tu pecho.

Gracias, Marcelo por tu alma,
la enarbolaremos cada mañana
hasta que volvamos a casa contigo.
Amén

(Luis Carlos Aguirre)


OTROS ELEFANTES DE REGRESO DE LA CONSTELACIÓN DE ORIÓN:
https://docs.google.com/document/d/1VeJnnBCmGeEHeK1hBaqb_5GTmW1_rjwxajJwXG8m01w/edit?hl=es