miércoles, 5 de marzo de 2008

VOCES QUE NO OLVIDO -Selección de Carlos Barbarito

En 1857, a propósito de Les fleurs du mal, Victor Hugo le escribió una carta a Baudelaire en la que, entre otros conceptos, le dijo: ...vous créez un frisson nouveau... ¿En qué consistió este escalofrío nuevo? Dice J. M. Cohen en su Poetry of This Age (1908-1958): ...Baudelaire... transformó lo sobrenatural en algo interno sustituyendo las manidas almas en pena y los aparecidos por el horror de la complejidad psicológica. Aquí el nacimiento de la poesía moderna. A siglo y medio de aquellos días, este breve selección de poemas de cinco poetas esenciales del siglo pasado que no hacen sino confirmar el genio de Baudelaire y la admirable precisión de Hugo para definir un fenómeno que, mutatis nutandis, aún perdura.




CB







Anne Sexton (Norton, 1928- Boston, 1974)


La balada de la masturbadora solitaria



Al final del asunto siempre es la muerte.
Ella es mi taller. Ojo resbaladizo,
fuera de la tribu de mí misma mi aliento
te echa en falta. Espanto
a los que están presentes. Estoy saciada.
De noche, sola, me caso con la cama.
Dedo a dedo, ahora es mía.
No está tan lejos. Es mi encuentro.
La taño como a una campana. Me detengo
en la glorieta donde solías montarla.
Me hiciste tuya sobre el edredón floreado.
De noche, sola, me caso con la cama.
Toma, por ejemplo, esta noche, amor mío,
en la que cada pareja mezcla
con un revolcón conjunto, debajo, arriba,
el abundante par en espuma y pluma,
hincándose y empujando, cabeza contra cabeza.
De noche, sola, me caso con la cama.
De esta forma escapo de mi cuerpo,
un milagro molesto,
¿Podría poneren exhibición el mercado de los sueños?
Me despliego. Crucifico.
Mi pequeña ciruela, la llamabas.
De noche, sola, me caso con la cama.
Entonces llegó mi rival de ojos oscuros.
La dama acuática, irguiéndose en la playa,
un piano en la yema de los dedos, vergüenza
en los labios y una voz de flauta.
Entretanto, yo pasé a ser la escoba usada.
De noche, sola, me caso con la cama.
Ella te agarró como una mujer agarra
un vestido de saldo de un estante
y yo me rompí como se rompen una piedra.
Te devuelvo tus libros y tu caña de pescar.
El periódico de hoy dice que se han casado.
De noche, sola, me caso con la cama.
Muchachos y muchachas son uno esta noche.
Se desabotonan blusas. Se bajan cremalleras.
Se quitan zapatos. Apagan la luz.
Las brillantes criaturas están llenas de mentiras.
Se comen mutuamente.
Están más que saciadas.
De noche, sola, me caso con la cama.


(Versión de Griselda García)

Versión completa de la selección en Paradecir 17:

http://www.mediafire.com/?wjj41jt50mo