Parecería que somos frágiles y fugaces, pero no es así, somos potentes e indelebles, células obstinadas del universo, titanes emblemáticos, y pasan los rostros vacíos por las calles peatonales mientras los poetas y los artistas escriben las elegías que mantienen erguido a un planeta averiado pero indómito, que escupe ceniza, detiene aviones y riega con silicio las cosechas futuras. Salve Pancho, todas las alabanzas para vos.
Participantes del Encuentro de Convivencia de Antimitomanía en 1979 - Pancho con sobretodo marrón, salido de la fila... |
Panchito, maestro del rotring, de la tinta china y de aquellos minuciosos puntitos de horas y horas arriba del tablero, para revelarnos lo que era una galaxia sobre un papel. Tu alumno te va a extrañar.
Gustavo Silva
Panchito, todavia recuerdo el micro que casi me haces perder en once cuando yo tenia que ir hasta retiro para viajar.. te recuerdo viejo A PASSION PLAY
Jorge Néstor Cornejo
Dibujo para Antimitomanía 6 |
Portada Antimitomanía 15 |
Estuvo siempre presente en las propuestas de Antimitomanía, fue un increíble anfitrión en largos encuentros en su casa, incluyendo en esa virtud a sus padres, personas de increíble generosidad y apertura ante tanto "bicho" raro que empezaron a "caer" en su casa viniendo de todos los puntos cardinales...
Participó de los Encuentros de Música y Poesía. Colaboró ilustrando algunos números de Antimitomanía y un par de portadas...
Luego se fue volcando más a la música y dejando guardado sus "rotring y tinta china", como dice Silva.
Ahora se nos ha ido y su sonrisa e invencible simpatía nos acompañarán siempre...
Roberto Coluccio, Alejandra Monsalvo, Pancho Tarrío, Viviana Bonzón y Sergio Bonzón (sentado) |
ME ACABO de enterar de la muerte de mi amigo querido de la juventud, de la adolescencia...enorme tristeza, enorme pérdida
ResponderEliminarEstuve mirando este "haga su comentario" como 30 minutos y no se que pensar ,que decir ; me siento estúpidamente vivo... Pancho: ahí estas y estarás para siempre.
ResponderEliminarCompartí con Pancho tiempos muy felices de mi vida, tiempos en los que nació mi hijo, tiempos en los que salimos a la calle con El Equipo, un grupo de artistas pláticos que formamos con él y Pablo Bonetto para mostrar nuestro arte en la vía pública. Es triste saber que ya no está, pero es bello poder recordarlo en la compleja plenitud de su vida de creación. Un gran abrazo, Pancho.
ResponderEliminarNadie es grueso como un ladrillo. Apenas sí el ánima que le da sustento, y a veces, siquiera eso, sino su ausencia.
ResponderEliminarNadie es grueso como un ladrillo; sino una fragilidad disimulada en aras de una subsistencia imperdonable para lo cual nadie nos pidió permiso, pero aquí estamos.
Somos (alguien tiene que decirlo), el resultado de lo inevitable.
Dicen que el tiempo cura las heridas; yo creo que el tiempo es esa herida, a la cual en lo mediato o en lo inmediato, siempre nos acostumbraremos. Y digo más: el tiempo no sólo es la herida; lo demás son sólo espejismos, meras proyecciones de lo que desconocemos y a lo cual le damos categorías auténticas; materiales o divinas pero auténticas, para reivindicarnos.
Malditas sean entonces las malas noticias. Pero la vida es sencillamente eso: lo bueno en detrimento de lo malo; lo malo en detrimento de lo bueno. Lo que va en detrimento de lo que viene y en beneficio de nada. Aunque bien mirado nunca hubo contrarios sino circunstancias, causas y efectos, azares de lo cotidiano.
Y lo que queda, es apenas el recuerdo de un goce.
Me llegó de pronto, abrupta e inesperadamente, como llega un quasar por la noche sin darnos tiempo para enmascarar el espanto. Me llegó como una sentencia imaginable, pero que jamás creí se materializaría.
Yo ya estaba preparado para eso. Qué es la vida sino eso. Pero cuando lo inevitable se confirma, uno igual queda perplejo.
Un amigo desde lo distante atraviesa el tiempo y el espacio, rompe el silencio y las imposibilidades, para informarme de la espontánea partida de otro amigo en común que alguna vez tuvimos; irreversible partida; más allá de lo justo y lo injusto. Del cálculo de probabilidades. De la ubicación en la rueda del destino. O de la posición que uno ocupa, en el mandala de una mente inexplicable.
He quedado perplejo con la noticia. Pero hay una edad en la cual el destino se confirma y nos confirma y nada llega a sorprendernos como cuando éramos niños. Y entonces ya no se llora, sino que uno se permite una suerte de sonrisa cómplice que sólo entenderán Dios si es que hay un dios, el que se fue, y quien la expresa. Como en un pacto secreto de cómplices cofrades, que conocen casi en carácter exclusivo, aquello por lo cual sólo cabe un guiño, no más que eso, frente a la mirada perpleja de un extraño.
Vinimos para irnos. Nadie se queda a cuidar el cielo, así esa fuera la tarea. Sólo que a veces algunos se van antes de lo previsto y es lo que nos inquieta. Nos sacude. Nos vuelve introspectivos.
Y ahora tal vez te toque a vos que me estás leyendo. O a mí, que miro una foto inexplicable en un lugar del tiempo y el espacio también inexplicables. En tanto el azar se entretiene jugando su juego de abalorios con nuestro sino. Cosas que pasan. Cosas que pasan porque nadie es grueso como un ladrillo. Nadie. Aunque parezca mentira.
Amarillo/.
aquí han estado nuestros otros dos amigos, amarillo y mellotron. Pancho, aquellas calles y las vías y andenes siempre van a recordar aquellas caminatas de los Mole Rockal, esa mole de ideas que se nos ocurrían caminado o estando junto al río. Todos te extrañaremos, pero estarás siempre presente junto al corazón con tu eterna sonrisa...
ResponderEliminarCesar junto a y con el permiso de Gustavo(amarillo) y Fernando, y por que no con el de Ramon que vaya a saber donde está...
Pancho, tantos recuerdos de una epoca feliz, te recuerdo con sus cosas de loco lindo, las tardes compartidas en el patio del Raggio... se que no te fuiste sino que andas caminando por algun rincon de tu mundo tan especial. Siempre te voy a recordar. Chau pancho!!!!
ResponderEliminarguaaa!! me encanta el blog, siempre encuentro poemas preciosos
ResponderEliminarNo puedo creer que Pancho haya muerto!
ResponderEliminarVivimos muchos días de poesía y mates en Rosario, hace...mil años.
Carlos si lees esto por favor te ruego me envíes un mail, soy Gonzalo Barreiros, hemos participado una vez de aquellos encuentros en San Miguel. Un abrazo