Un conjuro gélido
taja mi yugular:
cae animal racimo
poesía robada a las calles
a relojes
pizarrón a pelotazos
y un cascote partiendo
la tardecita en tres orgasmos
época de contraseñas prohibidas
y títeres con muecas espectrales
una hamaca sin satélite
un robot ahorcado
y aquel reloj inexacto
que arrastra hacia la esquina
¿de dónde me sale la tarde?
chifla ese costado del fulbito
- esta vez no fue un bondi patotero
sino un vidrio que distrajo al entonces-
le salimos empate a la vida
y no es poco
es sólo un poco en éste puñado
un algo misterioso e irreverente desviste
y hago una ocasión con dos pretextos
barricadas en la lluvia
y un suspiro a punto piel
cuando me quedo en sus ojos.
Marzo 2007
taja mi yugular:
cae animal racimo
poesía robada a las calles
a relojes
pizarrón a pelotazos
y un cascote partiendo
la tardecita en tres orgasmos
época de contraseñas prohibidas
y títeres con muecas espectrales
una hamaca sin satélite
un robot ahorcado
y aquel reloj inexacto
que arrastra hacia la esquina
¿de dónde me sale la tarde?
chifla ese costado del fulbito
- esta vez no fue un bondi patotero
sino un vidrio que distrajo al entonces-
le salimos empate a la vida
y no es poco
es sólo un poco en éste puñado
un algo misterioso e irreverente desviste
y hago una ocasión con dos pretextos
barricadas en la lluvia
y un suspiro a punto piel
cuando me quedo en sus ojos.
Marzo 2007
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