Marcelo es uno de los poetas que caminó las ciudades del conurbano, la gran metrópoli (sin superman, claro) y se desparramó por América Latina (cuando la dictadura lo obligó a exiliarse). Su poesía refleja su tiempo y su vida, que es parte indivisible de ese tiempo “sobrevivido”. Siempre ha reivindicado su pertenencia a los grupos “subterráneos” de los setenta (del siglo XX, claro), durante l tiempo inmediato anterior a la dictadura, esa orgía de semi libertad que desembocó en la locura. Haber caminado las calles durante los años duros, sin reivindicar ningún bando, pero siendo libres en medio de la represión, animándose a las hojitas con poemas, a los inocentes e insolentes gritos de rebeldía mimeografiada. Esto lo ha marcado, como a muchos, y desde ese tatuaje del alma creció como poeta. Heredero de los mufados de los sesenta (Grinberg dixit), pariente de los beatnik y los malditos, Marcelo mantiene una línea que puede notarse en sus poemas desde los comienzos. Esta “línea” no contradice el notable crecimiento literario (y humano, claro) desde POEMAS (1978) hasta EL VIEJO AUTOMÓVIL DE LOS SUEÑOS (2005).
DE LA IMAGEN NOCTURNA UNO
Ví a lo lejos una señal
que golpeó mi frente
con su luminosidad...
¡Hola viejo Rimbaud!
apenas idas las grullas
hablan de tu regreso.
Y en mi noche
sobre mi barca a la deriva,
sobre mis ojos alucinados,
un rostro de colores
se bate en un duelo de fuegos
con la palabra
y el alba del suicidio.
Vi de su rostro el viento...
de POEMAS , Ediciones El Ojo de
EL ANDADOR DE TIERRAS Y SUEÑOS
He guardado barcos, barcos pequeños
que alcé desde el mar de las Antillas
barcos de sueños
que viajan en las tardes de octubre,
los he guardado sigiloso,
además,
he guardado jirafas rojas de cuello corto
tigres de las otras selvas
tarjetas de Navidad / soles en las playas de la lejanía
He guardado ciudades olvidadas
perros en las esquinas / lunas en las ventanas / corpiños en la brisa
soldaditos / camiones / dientes de leche y pororó.
Los he guardado pues voy por la vida
juntando a la vida
rescatando páginas / exiliando soledades.
He guardado los mapas
de un país de piernas largas
y a veces
transito sus caminos
con la frescura que sus paisajes otorga
y otras sé que estoy muy solo
y dejo que los barcos pequeños
las jirafas rojas / los tigres de las otras selvas
las tarjetas de Navidad / los soles en las playas de la lejanía
los perros en las esquinas / las luna por la ventana /
los corpiños en la brisa /
los soldaditos / los camiones / los dientes de leche
y el pororó
jueguen por sus planicies y montañas,
que se zambullan en sus ríos incógnitos
que despeinen sus pasiones
mientras yo contemplo
fumando tranquilo
y haciendo dibujos con mis dedos
en sus huecos más sublimes.
del libro EL VIEJO AUTOMÓVIL DE LOS SUEÑOS,
colección
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