viernes, 25 de octubre de 2013

Natividad Acosta: "El reloj se pone en hora..."



 Cuando mi amigo el poeta Juan Luis Giménez, su marido, me contó de su muerte quedé petrificado. Estaba preparando  un número de Paradecir dedicado a su poesía.

La muerte siempre nos petrifica, nos detiene... nos pone en dimensión... como la misma Natividad dice "El reloj se / pone en hora".

He conocido su poesía, nada más... y nada menos.

Una poética basada en el eco de las palabras... en todo lo que sugieren y dejan planteado para que el lector complete el mensaje.

Finalmente presento hoy, una selección de poemas de sus dos libros, ARTE COBRIZO (1999) y CELEBRACIÓN DE LOS PÁJAROS (2009).

Decía que nos deja Natvidad palabras con eco:

"Exhaló / bosquejos de un arte cobrizo / Murió desnuda / de no poder llorar"

Gracias Natividad.


  Es
      el dulzor inquieto
que lapida       esta sangre
         rondando
        en mi celda

***

        A bocanadas
se me da el hastío

       Las voces
me amortajan
     sueñan en circunvalaciones
       de agua rosada
                     para este feto.


       Es
una forma de
                   no asistir
       a mi muerte.

***


                   Las abejas

se ríen con los gitanos en las noches rigurosas
invaden el rocío             no zumban
     se inclinan ciegas unas contra otras
    Tampoco hicieron el amor en noviembre

***

Negritud en las naves

           I

de la angustia primigenia
   nació el olvido

     del olvido
   hombres que sobran.

***

          II

              Oscureciendo
cargan su cadáver al hombro

***

Unción

Gimió
     el escueto silencio
Exhaló
     bosquejos de un arte cobrizo
Muró desnuda
            de no poder llorar

***

Celebración

          en el oficio de las Máscaras de Pan
             se van todos los Quijotes
           con el lado izquierdo roído
         sin más itinerario
    que la hambruna del leproso

***


         ¿Escuchás las cruces?
preparan ajenjo
             perfumes
                 las sábanas
       otros saben del camino
                 cavan
                   huelen a metal

***

Carnaval


       una murga de verdugos
      nos invita a su vino rancio
          las aspas del poema salmodian
     los jueves de Vallejo
                       anudados a la cintura con
                las muñecas rotas
            incapaces de soportar el propio hedor

***


IV


                   No vuelvo
los zorros rara vez perdonan

a A. Kurosawa


***


Me abrazo al fuego
en una amorosa extinción

***

Cuando la anciana muere
habla de los trígales
del silencio del pueblo
y ocurre la mañana.

***

Más simple, mi amor,
me pide él.
-La vida es más simple,
yo estoy del lado de la vida,
me dice él.

***

Duermo entre los pájaros
 y las muñecas se ponen
en mi regazo.

***

De dulces y amargas lluvias
son los trabajos del fuego.

***

El agua se descalza
ante cada nacimiento.

***

Con los ojos abiertos en la luna
él acuna los ríos, los abrazos,
la mañana niña.

***

Cuando se despide
sostiene en la mano
una estela de pájaros.

***

Las primeras lluvias,
cantar de los Cantares

***

El agua se inquieta
en la compasión
de la piedra.

***

Me despierta su alegría
 él habita en su corazón
y en el mío.

***

/Desde entonces el mar
 vuelve a mis pechos.

***

Hoy es una nueva
celebración de los pájaros
 y vuela el sol
en el calor de la casa.

***

Basta el desierto
de un hombre
para que canten
todos los grillos.

***